Dimensión Espiritual.
Según los cánones que rigen el mundo, debemos estar orientados con base en
una religión. Desde tiempos antiguos, nos hemos sentido vacíos y nos hemos
preguntado el porqué de la existencia. Esto normalmente se debe atribuir a un
ser superior, alguien tuvo que haber creado la naturaleza, el mundo no se pudo
haber formado por sí solo, el universo, las estrellas, galaxias, planetas,
nebulosas, el mar, las montañas, las nubes, etc. Deben tener un origen y por
tanto un creador. Mas sin embargo también nos debemos preguntar, si existe
Dios, cual es el objetivo de Él para con nosotros en la tierra, ¿cuál es
nuestra misión y hacía donde debemos orientarnos?
Estar en comunión con Dios es estar en paz consigo mismo. Si pensáramos que
no existe un ser superior, probablemente nuestra civilización no hubiera
avanzado a lo que es hoy, aunque suene contradictorio, las religiones han
causado más muertes todo por la defensa de ideales. Si cogemos cualquier libro
de historia podremos saber lo que es una “Jihad” o una “Cruzada” y ver como se
han sumado tantas muertes por causa de dichos idealismos. Por lo tanto la parte
espiritual debe ser algo que se maneje con bastante prudencia y sobretodo lo
más importante es estar en paz consigo mismo, con el prójimo y la naturaleza,
sea de la religión que sea, los seres humanos debemos basarnos en el respeto y
tolerancia hacia los demás.
Afortunadamente, la mente humana también ha evolucionado y no existen los
mismos moralismos que hace tan solo 100 años regían nuestra historia. Desde
tiempos inmemorables la religión ha sido quien ha dirigido nuestro rumbo, los
mayas, aztecas, persas, sumerios, egipcios y decenas de civilizaciones antiguas
han sido dirigidas y gobernadas por seres imaginarios, los eventos adversos que
ocurren naturalmente como terremotos, sequías, inundaciones se dan es por
nuestra culpa al no satisfacer las necesidades de los dioses, y esa ira de los
dioses se puede aplacar, al ofrecer en sacrificio a animales o seres humanos,
incluso algunos se ofrecían como voluntarios para ser sacrificados y de esta manera era probable que llegarán
tiempos de bonanza y abundancia. Después de cristo, comenzaron las guerras por
imponer la verdadera religión, entre tanto los primeros cristianos sufrieron
todo el peso de la ley de dioses que regía el mundo antiguo, dichos dioses eran
los emperadores romanos que a su vez creían en múltiples seres superiores y
cada uno tenía una distinta cualidad. Llegaron los cristianos e impusieron la
idea de un solo Dios y los santos como semidioses a quienes también era
permitido adorar y de esa manera no formar una guerra mundial, pues el intento
de combinación entre la religión tradicional grecorromana y los nuevos
cristianos tuvo muy buenos resultados gracias a la diplomacia que manejó el
emperador de ese entonces Constantino. Sin embargo en oriente medio comenzaba
el auge del Islam junto con su profeta Mahoma, quienes desataron la furia de
occidente al ver que se estaba imponiendo algo nuevo. El deseo de dominación
mundial por parte de las religiones tanto Islam como Cristianismo y en parte el
Judaísmo han ocasionado diferencias entre los seres humanos hasta nuestros días.
Como se mencionó en este mismo párrafo, hace tan solo unas decenas de años existía
el concordato que era como un tratado en donde se repartían la torta iglesia y
estado, es más aún existe dicho contrato pero en menor medida según vemos en
los medios de comunicación la iglesia aún causa una influencia considerable en
las decisiones estatales. La religión aún es convocada e inculcada por los
gobernantes, en los billetes de la moneda nacional de Estados Unidos se ve
claramente el slogan “In God we trust”, Normalmente los estadistas durante sus
posesiones tienen como ritual poner la mano sobre el libro sagrado que rige la
religión actual de dicho estado, en sus discursos raramente se deja de nombrar
a Dios; estamos aún bastante influenciados por un Ser Supremo que dirige
nuestras vidas y que buscamos como aliciente para saciar las necesidades que no
logramos cubrir con nuestros propios medios.
Sin embargo la enseñanza de varios libros y el conocimiento adquirido a
través de siglos de historia donde se demuestra eficazmente que fenómenos sobrenaturales
realizados por dioses son difíciles de comprobar, aun así tenemos la fe y
esperanza de lograr una paz mundial anhelada por Miss universo gracias a un
Dios que probablemente bajará de los cielos a hacer justicia por su cuenta para
castigar a los malvados, incrédulos y desafortunados seres humanos que nunca
escucharon el nombre del verdadero Dios; y conceder la vida eterna a los buenos
o comúnmente llamados “ciudadanos de bien”.
Si basamos nuestra dimensión espiritual en el temor o miedo que infunden
las religiones sobre castigar los actos que no están bien para dicho libro
escrito hace miles de años y que probablemente ha sido modificado para
intereses oscuros de los verdaderos gobernantes de la tierra (que no es
precisamente su santidad el papa, ni el dalai lama), estaríamos siendo
dominados por el ámbito metafísico que no basa sus eventos y acontecimientos en
la prueba resultado de la experiencia (método científico), por tanto somos
dominados por el gobierno y las creencias de sus gobernantes a beneficio de las
corporaciones que sirven como motor de la maquinaria que impulsa el país hacia
una desigualdad social cada vez mayor. Es normal ver asesinos bien sea en películas
o en la vida real orando y pidiendo orientación divina antes de cometer algún acto
delictivo, sabemos que en las cruzadas y las guerras religiosas ambos ejércitos
se encomendaban en nombre de sus respectivos dioses, los ejércitos actuales
tienen como lema “Dios y Patria” (Policía Nacional de Colombia) o “Por Dios,
por la Patria y por el Rey” (España Ejército Vasco), “Dios, Patria y Libertad”
(Ejército ecuatoriano), son comunes actualmente, dichos ejércitos usan fuerza
represiva contra opositores al gobierno, sindicatos e incluso asesinan para
aumentar las cifras de bajas en conflictos de guerras civiles (léase http://sobrepolitica.com/falsos-positivos-en-colombia/).
El objeto de este escrito no es cuestionar la existencia de Dios, sino dar
por sentado el manejo equivocado que se le ha dado a través de la historia. Es innegable
e irrefutable que gracias a que el hombre comenzó a filosofar en su transición
de homo sapiens a hombre civilizado, comenzó por pensar en la existencia de un
ser supremo y si ese ser no hubiese pensado aquello, probablemente ni la rueda hubiéramos
inventado (Léase El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre –
Friederich Engels). Pero una vez se aceptó la existencia de Dios, lucho
macabramente por tales ideales, aun siendo aquel Dios, un Dios misericordioso,
lleno de amor y que nos ama.
Para concluir, debemos basar nuestra dimensión espiritual en el despertar
de una situación de letargo intelectual, hacía un renacer y esperanza en el
cual podemos contribuir para que socialmente logremos una mejor civilización
humana. Esa espiritualidad es el fervor que obtenemos de querer investigar,
aprender, conocer y contribuir para una alternativa de cambio social que tanto
necesitamos. No somos seres superiores y somos pequeños si queremos cambiar el
mundo, pero fíjense por ejemplo en Mahatma Gandhi quien fue un simple abogado
del común que se cansó de ser discriminado y prácticamente logro cambiar la
forma de pensar de millones de personas sin guerras ni represión. Igualmente
dicha espiritualidad debería estar enfocada hacia nuestro crecimiento personal,
como personas que se basan en la razón para dirigir el rumbo de sus vidas.
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